Tal como destaca Rodrigo Pimentel, abogado y socio del despacho Pimentel & Mochi Abogados Asociados, la recuperación judicial es un mecanismo esencial para preservar a las empresas en dificultades financieras, pero no toda solicitud de recuperación surge únicamente por falta de liquidez. Muchos casos revelan una crisis estructural que va más allá de la escasez de caja y refleja fallas internas graves de gestión, gobernanza y modelo de negocio.
Por lo tanto, comprender esta diferencia es crucial para los empresarios que desean revertir la insolvencia de manera sostenible y evitar la quiebra. Pensando en ello, a lo largo de este artículo veremos cuándo la crisis financiera se convierte en un problema estructural y qué medidas deben adoptarse para superarlo.
¿Qué diferencia una crisis estructural de una simple falta de liquidez?
De acuerdo con el Dr. Lucas Gomes Mochi, también socio del despacho, la crisis de liquidez suele ser pasajera, provocada por desequilibrios puntuales en el flujo de caja. En cambio, la crisis estructural es más profunda: surge de fallas en el modelo de gestión, ausencia de control interno, endeudamiento desordenado e incluso pérdida de competitividad. En estos casos, la recuperación judicial debe ir más allá de la renegociación de deudas; debe reestructurar el negocio en su totalidad.

Dicho esto, es común que los empresarios busquen el proceso apenas como un “respiro financiero”, sin percibir que el verdadero problema está en la estructura administrativa. De esta manera, la empresa que no corrige errores de base vuelve a enfrentar dificultades incluso después de la aprobación del plan, como señala el abogado Rodrigo Pimentel.
En negocios familiares, por ejemplo, la confusión entre el patrimonio de la empresa y el personal es un indicio clásico de crisis estructural. En el agronegocio, productores que no poseen control de costos o planificación de cosecha también sufren el mismo impacto: no se trata de falta de crédito, sino de gestión.
¿Cómo identificar que la empresa atraviesa una crisis estructural?
Identificar los signos de una crisis estructural es el primer paso para adoptar una estrategia de reestructuración eficaz. A continuación, enumeramos algunos de los indicios más frecuentes:
- Desorganización contable: ausencia de informes precisos y desfase en la información financiera;
- Endeudamiento sin estrategia: renegociaciones y préstamos realizados sin planificación o análisis de viabilidad;
- Baja gobernanza: decisiones concentradas en una sola persona o falta de control sobre los sectores administrativos;
- Pérdida de credibilidad: atrasos frecuentes en pagos, pérdida de proveedores y dificultades para acceder a crédito;
- Desalineación operativa: ausencia de metas, procesos ineficientes y comunicación interna deficiente.
Estos factores, cuando se combinan, demuestran que el problema supera la cuestión financiera. Así, es fundamental realizar una auditoría completa antes de presentar la solicitud de recuperación judicial, para que el plan sometido al juez contemple medidas reales de reorganización, según expone el Dr. Lucas Gomes Mochi.
¿Qué medidas deben tomarse ante una crisis estructural?
Cuando la insolvencia deriva de una crisis estructural, la empresa necesita un plan que integre acciones financieras, administrativas y jurídicas. Tres etapas recomendadas son:
- Diagnóstico y gobernanza: levantamiento detallado de la situación patrimonial y creación de un comité interno para el seguimiento del proceso;
- Reestructuración organizacional: revisión de contratos, redefinición de funciones e implementación de controles financieros;
- Gestión de reputación y comunicación: reconstrucción de la imagen de la empresa ante acreedores y clientes, con transparencia y planificación.
Tras estas etapas, el plan de recuperación judicial gana credibilidad y efectividad, pues demuestra al Poder Judicial y a los acreedores que existe un cambio estructural en marcha. Según el Dr. Rodrigo Gonçalves Pimentel, el enfoque no debe ser solo “sobrevivir a la crisis”, sino garantizar que la empresa vuelva a operar con eficiencia y seguridad.
Reconstruir antes de recomenzar
En conclusión, cuando la recuperación judicial se propone en medio de una crisis estructural, el desafío no es solo financiero, sino de reconstrucción. Por ello, es necesario revisar procesos, corregir fallas y redefinir estrategias para que la empresa pueda operar con sostenibilidad y confianza en el futuro. Por lo tanto, el camino más seguro es aquel que combina planificación, gobernanza y un diagnóstico profundo de las causas del desequilibrio.
Autor: Jerome Rutland
