Desde su lanzamiento en 2013, el programa que busca fortalecer la atención médica en zonas remotas de Brasil ha experimentado cambios significativos en su composición de personal. Inicialmente, una gran proporción de los profesionales provenía de Cuba, situación que generó atención internacional debido a la relación política y económica entre los dos países. Con el tiempo, esta dinámica se modificó, incorporando médicos de diversas nacionalidades y dando prioridad a los profesionales brasileños.
Actualmente, el programa cuenta con más de 26 mil médicos, de los cuales una gran mayoría son ciudadanos brasileños. La participación extranjera ha disminuido con respecto a los primeros años, pero sigue siendo un componente esencial para cubrir áreas con escasez de personal sanitario. Entre los extranjeros, cubanos, bolivianos y venezolanos se destacan por su presencia en distintas regiones del país, colaborando en comunidades donde la atención médica es limitada.
El papel de los cubanos ha sido históricamente relevante, representando un grupo importante de profesionales extranjeros, aunque ya no constituyen la mayoría como en los inicios. Su participación permitió que zonas de difícil acceso tuvieran acceso a atención básica, especialmente en municipios alejados y con infraestructura limitada. La experiencia cubana también estuvo marcada por controversias sobre la gestión de pagos y condiciones laborales, que derivaron en ajustes del convenio entre ambos países.
Bolivia y Venezuela se ubican como las siguientes naciones con médicos presentes en el programa. Aunque su número es menor en comparación con Cuba, su contribución sigue siendo significativa, especialmente en regiones con mayor necesidad de cobertura sanitaria. La integración de profesionales de diferentes nacionalidades ha fortalecido la diversidad de experiencias y conocimientos disponibles en los equipos de salud locales.
Los desafíos de la formación y validación de títulos extranjeros también han influido en la composición del personal. La creación de mecanismos que permitan reconocer diplomas y asegurar la calidad de la atención ha sido clave para mantener estándares médicos uniformes en todo el país. Esta política ha equilibrado la incorporación de médicos extranjeros y la prioridad por profesionales nacionales, garantizando un servicio eficiente y seguro para la población.
Con los cambios de gobierno, el enfoque del programa ha variado entre la prioridad por médicos locales y la inclusión de extranjeros. La experiencia reciente refleja un equilibrio entre cubrir vacantes críticas y desarrollar capacidades propias del país. La continuidad de ambos enfoques ha permitido mantener la cobertura en comunidades vulnerables y asegurar que la atención médica llegue a los lugares más necesitados.
En términos de alcance territorial, el programa ha ampliado su presencia a más de cuatro mil municipios y mantiene vacantes específicas para comunidades indígenas. Esto demuestra un compromiso con la equidad en salud y la necesidad de llevar servicios médicos a lugares históricamente desatendidos. La planificación de recursos humanos se orienta a satisfacer demandas concretas y asegurar que todos los habitantes tengan acceso a atención de calidad.
Finalmente, la diversidad de origen de los profesionales de salud ha sido una herramienta estratégica para enfrentar desigualdades regionales. La participación de cubanos, bolivianos, venezolanos y otros extranjeros complementa la fuerza nacional, enriqueciendo la práctica médica y fortaleciendo la cobertura sanitaria en todo Brasil. Este enfoque ha permitido consolidar un modelo de atención más inclusivo y adaptable a las distintas realidades del país.
Autor: Jerome Rutland
