La campaña para el plebiscito constitucional en Chile comenzó oficialmente a la medianoche del miércoles, marcando el inicio de la cuenta regresiva hacia la votación programada para el 26 de abril.
Este referéndum es considerado por muchos tan crucial como el de 1988, que puso fin a la dictadura de Augusto Pinochet.
Más de 14 millones de ciudadanos, incluidos aproximadamente 60,000 chilenos residentes en el extranjero, están habilitados para decidir si se debe redactar una nueva Constitución que reemplace la actual, heredada del régimen militar de Pinochet (1973-1990).
Aunque la Constitución vigente ha sido modificada en varias ocasiones, una de las principales demandas de los manifestantes desde octubre de 2019 ha sido su reemplazo total, junto con la búsqueda de mayor igualdad y mejoras en servicios básicos como educación, salud y pensiones.
En el plebiscito, los votantes deberán responder si desean una nueva Constitución y, en caso afirmativo, elegir entre dos métodos para su redacción:
- Una convención constitucional compuesta exclusivamente por ciudadanos electos.
- Una convención mixta, integrada por ciudadanos electos y parlamentarios en ejercicio designados por el Congreso.
Cualquiera sea la opción elegida, habrá un plazo de un año para elaborar el nuevo texto constitucional. Posteriormente, el proyecto será sometido a un segundo plebiscito, en el cual el voto será obligatorio. Si la propuesta es rechazada en esta segunda instancia, la Constitución actual permanecerá en vigor.
Diversas fuerzas políticas han manifestado su apoyo a la redacción de una nueva Constitución mediante una convención constitucional. La antigua Concertación, coalición que gobernó Chile durante dos décadas tras el retorno a la democracia y que actualmente forma parte de la oposición, respalda esta opción. De igual forma, el Frente Amplio, surgido de las protestas estudiantiles de 2011 y consolidado como la tercera fuerza política en las últimas elecciones, también apoya esta vía.
Heraldo Muñoz, exministro de Relaciones Exteriores y actual presidente del Partido por la Democracia (PPD), expresó que está en juego para Chile la posibilidad de tener, por primera vez en su historia, una Constitución elaborada en democracia. Para la oposición, esto es parte de la solución política a la crisis.
Expertos como Claudia Heiss, doctora en Ciencias Políticas y académica de la Universidad de Chile, consideran que este plebiscito es comparable al de 1988, ya que representa una ruptura con el sistema político anterior y podría significar un verdadero retorno a la democracia, dado que la transición no logró superar completamente las estructuras heredadas del régimen militar.
En el ámbito político, existe preocupación por las posibles manifestaciones que podrían surgir en marzo, especialmente en torno al Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo. Se anticipa que estas movilizaciones podrían marcar el inicio de un nuevo ciclo de protestas sociales en el país.
Autor: Jerome Rutland